
Con la reciente celebración del 1 de Mayo y con la clausura el pasado 2024 del año europeo de las competencias, reflexionamos en torno al empleo y el aprendizaje de las personas en situación de vulnerabilidad.
Para tener en cuenta:
El 1 de Mayo, mujeres y hombres en todo el mundo salen a las calles por la dignidad del trabajo, desde 1886 muchos derechos laborales son realidad y las mujeres han alcanzado más cotas de igualdad. Celebramos los logros fruto de la acción colectiva y seguimos reivindicando derechos laborales, autonomía para decidir sobre los empleos y las profesiones que queremos y reconocimiento para todos los trabajos, aun con todo, queda mucho por reivindicar y por lo que manifestarse.
A su vez, estas fechas nos invitan a pensar sobre nuestras fortalezas y capacidades para realizar nuestras tareas. Como parte de la población activa, nuestras tareas cotidianas aportan para que gire la rueda que nutre a la comunidad de la que somos parte. Nuestro compromiso en mejorar y aportar cada día ayuda para la construcción de una sociedad mejor.
Con esta última apreciación, las personas en situación de vulnerabilidad aportan diariamente a la nutrición de la comunidad desde tareas cotidianas que ocupan su día a día como si de un empleo se tratase sin jornada establecida, no obstante, en ocasiones son denominadas como inempleables ya que no cumplen las exigencias del mercado laboral.
El año europeo de las competencias nos alentaba a formarnos poniendo la mirada en las necesidades de las empresas y en la capacitación para empleos de mayor calidad.
¿Quién pone la mirada en las necesidades de la población vulnerable para emplearse?
¿Quiénes arriesgan a dar la posibilidad de emplear a personas con capacidades y hábitos laborales, pero sin capacitación académica?
Personas con edades avanzadas, con trayectorias vitales diversas, con discapacidad, con adicciones, con enfermedad mental, con estigma, sin hogar, sin red de apoyos, sin carnet de conducir, sin oportunidades… continúan viendo el empleo como una llave a sentirse más en sintonía con el resto de la sociedad, no sé, si porque lo sienten o porque la sociedad ya se encarga de poner el empleo como lanzadera para la inclusión.
Quieren trabajar en empleos protegidos, consideran que tienen competencias para desempeñar empleos y aprender trabajando, han sido formadas en la escuela de la vida que las ha dotado de competencias para la misma.
La voz de personas usuarias de Bizitegi que han tenido la oportunidad de emplearse:
“No sé qué decirte, el trabajo es muy bueno, es salud física y mental, aparte de ganar dinero, aunque es poco dinero, porque la vida es muy cara. El buen trabajo cuando estás rodeado con buenos compañeros de trabajo, que se quieren, se ayudan entre ellos y tener jefes buenos.”
“Pero si trabajas y te sientes solo es difícil, solo te hablan. Has terminado vete a otro lado a trabajar. Y cuando estás enfermo te miran mal. Este tipo de trabajo cansa mentalmente.”
“Para mí el trabajo para cualquier sociedad es o debería ser un derecho. Toda persona que quiera trabajar debería poder hacerlo, dentro de sus posibilidades y ejercer su derecho a hacerlo. A mi me gusta estar ocupado en alguna actividad, y si es remunerada pues muchísimo mejor.”
“Si no trabajas en largos periodos de tiempo al final caes en la exclusión, sino trabajas no puedes pagar las facturas que te van llegando y al final pasa lo que pasa, desahucios y demás problemas que conlleva. Yo trabajando me siento a gusto y satisfecho de poder ejercer mi derecho y estar dentro de la sociedad como uno más.”
“Es complejo encontrar un empleo aun con un curriculum extenso, tengo discapacidad y la realidad a día de hoy es que solo he podido encontrar una empresa de limpieza y por menos de la RAI. Me han negado formaciones par mayores de 45 años, lo sigo intentando, pero con 64 años es complejo y prácticamente imposible encontrar un trabajo para desarrollar una vida autónoma.”
“Tener una discapacidad es un condicionante, un hándicap, para todo, pero en lo que consiste en tener inclusión en la sociedad, por medio del empleo, es un inconveniente mayor si cabe.
En nuestro medio humano nos relacionamos e incluimos básicamente, es muy reduccionista pero también así de simple, por medio del dinero, porque somos consumidores. Para obtener dinero, al común de las personas lo único que le queda es trabajar en un oficio o empleo que encuentre en el mercado laboral.
Pero por eso ser una persona con discapacidad es un inconveniente para integrarse social y económicamente porque estar enfermo o disminuido, psíquica o físicamente es un obstáculo para lograr un trabajo o tener una función social.
A mí del mismo modo que muchas empresas o entidades me han dado esa oportunidad necesaria para ejercer un empleo otras empresas por el hecho de tener una discapacidad no lo han hecho y por eso en fechas como el primero de mayor también hay que decir que tod@s queremos oportunidades para tod@s sin que nadie se quede al margen.
La equidad es una cuestión fundamental en una sociedad avanzada y solo se consigue con justicia social e igualdad de oportunidades.”
No todos los caminos sirven para todas las personas ya que todas las personas no nacemos ni crecemos con las mismas oportunidades. Por la búsqueda de nuevos caminos….
Martina Mazorra
Orientadora laboral Bizitegi
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